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“El camino lector personal no es un camino de acumulaciones ni es un camino recto. Consta de "entramados de textos" que vamos guardando. Unos van llamando a otros y en ese diálogo de la persona con el texto se teje una trama propia, un piso para el viaje que no es difícil de hacer crecer una vez que se descubre y se valoriza”.
Laura Devetach (2008) en La construcción del camino lector
El Plan de Lectura, a través de la Subsecretaría de Plameamiento Educativo del Ministerio deEducación Ciencia y Tecnología, desde el mes de abril del presente año, lleva adelante una propuesta de capacitación dirigida a los docentes de Nivel Primario. Dicha propuesta, centrada en la idea de itienerarios y recorridos de lectura, busca generar espacios democráticos de circulación de la palabra en el aula, con el propósito de que los lectores se sientan protagonista de sus procesos de significación, y desde ahí logren una visión crítica que le permita decir, discutir y preguntar.
La labor, desde esta línea de capacitación, pone de relieve al rol del mediador de lectura, adulto que desde la escuela debe ofrecer a los niños y niñas ocasiones para conectar un texto con otros, trazar trayectorias potenciadoras de entramados que les permitan pensar, reflexionar y discutir sentidos. La idea es que estos recorridos pongan acento en la construcción de un lector activo, protagonista de sus lecturas, pero que, ayudado por las propuestas de un mediador, vaya incorporando diferentes herramientas que le permitan acceder a textos más complejos que lo interpelen.
Las diferentes lecturas que proponga el mediador, deben desempolvar los encuentros con los textos para renovar la experiencia y alejarla de las tradiciones escolares que han empobrecido la experiencia de leer.
Durante estos meses de trabajo, con este perfil de capacitación, el Plan Provincial de Lectura, llevó a las escuelas Dr. Eustaquio Alderete de la localidad de la Merced Chica y Vicente Solá diferentes itinerarios de lectura, diversas propuestas de recorridos por los textos. Unas de ellas ponían el acento en volver a otorgar a la imaginación el lugar que le corresponde dentro del proceso de aprendizaje. Los textos literarios ofrecidos a los niños y a los docentes en los diversos talleres, de acuerdo a lo que propone Gianni Rodari, fueron libros nacidos de la imaginación y para la imaginación, objetos para el juego, juguetes hechos de palabras, de imágenes que le sirven al niño para representar la realidad y conocerse a sí mismos, sus conflictos, sus relaciones con el mundo.
Otro corpus de talleres buscaba instalar desde los textos y la lectura de literatura, espacios para preguntar y preguntarse, de modo que los textos y el contacto con los otros asistentes al taller lleven aires transformadores a la construcción de las subjetividades en relación con el mundo y las palabras.
Lo monstruoso, también como propuestas de itinerario, buscaba poner el foco en el miedo, la zozobra frente a lo desconocido, lo deforme, lo que no se puede controlar, con el propósito de desarmar aquellos aspectos más amenazantes de esas realidades que muchas veces nos encontramos, y que nos dejan perplejos y sin posibilidades de abordarlas.
El trabajo con los diversos recorridos y propuestas lectoras, llevados adelante por el equipo del Plan de Lectura, responde en gran medida a lo que Patricia Bustamante en el libro Búsquedas, incertidumbres y certezas en torno de lectura y mediación, conceptualiza:
“Trabajar, pues, como estrategia didáctica la producción de itinerarios lectores implica pensar- desde el rol de mediador- en unos diálogos posibles entre los textos. Diálogo que no necesariamente tiene que ser por el tema que los distintos textos abordan, sino que puede enriquecerse incorporando conceptos relacionados con la forma de la escritura (por ejemplo, textos que parodian o rescriben otros; textos con diferente idealización narrativa; microrrelatos, etc.), el género, el contraste entre épocas y estilos, en fin... diálogos que el mediador establece de modo consciente, con el objetivo específico de colaborar en la formación de determinadas disponibilidades lectoras”.
Los talleres que se desarrollaron semanalmente, destinados a todos aquellos docentes que desearon sumarse a esta propuesta, buscó desde sus inicios que los docentes participen activamente de la experiencia, y que en la formulación de itinerario de lectura y de sus reflexiones en la relación al rol de mediador, puedan acompañar, con nuevas herramientas a los niños y niñas de su escuela, en el proceso de leer y escribir desde la imaginación y la ficción.