“… reparar en la palabra, en lo dicho y no dicho, en las voces de cada niño y niña; crear situaciones para que se apropien del mundo a través de ella; disfrutarla, cuidarla, escuchando atentos, construyendo puentes; esa es –entre otras– la función de un mediador entre los niños y el mundo de la cultura”
Silvia Lafranconi
El Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, a través del Plan Provincial de Lectura de la provincia de Salta y el Plan Nacional de Lecturas invita a toda la comunidad educativa a explorar y disfrutar de una multiplicidad de libros digitales de profunda calidad literaria seleccionados por la Comisión Asesora Nacional durante el año 2020 disponibles en la plataforma educativa Juana Manso.
En dicha biblioteca digital (Bidi) encontrarán clásicos de literatura argentina, lecturas para todos los niveles obligatorios del sistema educativo, literatura infantil y juvenil, textos de aventura, misterio y terror, entre muchos otros.
Para acceder a estos recursos deben crear un usuario e ingresar en el siguiente enlace: https://biblioteca.juanamanso.edu.ar/
La plataforma Juana Manso es de navegación gratuita. Compartimos un video tutorial para poder ingresar y descargar libros para leer y disfrutar.
¿Cómo se convierte alguien en lector?
Se trata de una pregunta difícil de responder, como tantas otras que se relacionan con la formación. No hay respuestas únicas. Sin embargo, en toda biografía de lector siempre hay un momento en el que se narra, como una suerte de rito, el instante en el que alguien nos abrió para siempre las puertas al mundo de los libros. Entonces, una respuesta posible a la pregunta inicial es que nos hacemos lectores en nuestros encuentros con otros y otras. Y claro, también, en nuestros encuentros con los libros.
La formación de lectores requiere contacto con los libros, frecuentación y exploración de la biblioteca escolar y del aula y, de ser posible, de otras bibliotecas o de librerías.
¿Con qué tipo de Literatura trabajar?
Una literatura que no busque transmitir una enseñanza o un mensaje de modo directo, pero que nos puede dejar pensando porque nos hace ruido o cosquillas, o porque se ríe de cosas que parecen muy serias o ironiza el terror, o parodia la circunspección o humaniza a la bruja. En definitiva, se trata de textos que producen rupturas y soportan la ambigüedad, particularidad que interesa a los lectores pequeños siempre dispuestos a armar pactos con lo extraño, lo ilógico, lo absurdo.
En resumen, es importante que los textos que elijamos impulsen en el lector la posibilidad de construcción de sentidos. Como lo dice el escritor Ricardo Mariño (2004): “Desconfía de los cuentos y novelas que sirvan para enseñar algo muy concreto. Si el libro demuestra claramente que los dientes deben cepillarse todas las noches, que no hay que discriminar a los asiáticos y que los enanos son personas, probablemente no tenga mucho valor literario. Las grandes obras literarias no enseñan nada, al menos no directamente y, al contrario, crean encrucijadas que provocan más preguntas que respuestas”.